La mujer es pieza fundamental en el desarrollo de los pueblos, desde la aparición al lado de Adán, según las Sagradas Escrituras, hasta ahora. Ella es protagonista de los más difíciles e importantes episodios. Pero la historia ha sido escrita y narrada por el hombre, que en forma deliberada la ignora; es decir, la ha marginado en los más bellos y espinosos capítulos, cuando actuando como madre, esposa o hija expone su vida para el logro de la libertad.

La violencia y duración de la guerra obligó a las mujeres a su casi total incorporación. De allí que estas valientes féminas fueran víctimas de la barbarie, el ultraje, violaciones, torturas, destierros y fusilamientos, medios empleados por los partidarios del gobierno español para someterlas, pero ni eso las doblegó.